Agiriak
Kronikak
2007/12/03
SEMANA PARA NADA FÁCIL.
Nos ha tocado vivir una semana un tanto especial. Intensa, y no fácil. No es habitual el que le toque a un grupo parlamentario, minoritario, de siete diputados tomar la decisión de salvar o colaborar en la reprobación de una Ministra.
Éramos ya conscientes, desde la pasada semana, de que el tema ferroviario catalán –por denominarlo de alguna manera simple- iba a dominar mayormente la escena política parlamentaria y de que nos iba a tocar, nos gustara o no, estar en medio de la melé. Sospechábamos, además, de que la melé podía ser de las de hacer época, vistos los términos, agrios y ásperos, desabridos, en los que se había desarrollado el debate entre el diputado interpelante y la Ministra.
Si no hubiéramos sido conscientes, pronto, muy pronto, se encargaron de recordárnoslo diversos medios de comunicación preguntándonos sobre nuestra disposición y voto en relación con la moción.
Para nadie era evidentemente un secreto de dónde, de qué posicionamientos, venía el Grupo parlamentario vasco en este tema, tan reiterado. Habíamos venido manteniendo un posicionamiento propio, no alineado necesariamente ni siquiera con nuestros grupos políticos más afines. Y tuvimos la impresión, ya desde finales de la semana anterior, de que mucha gente se preguntaba, y no acertaba a responder., qué finalmente haría el PNV.
Nosotros lo tuvimos claro prácticamente desde el mismo momento en el que nos planteamos la pregunta: no apoyaríamos la moción. Y no lo haríamos fueran cuales fueren las explicaciones que, así mismo éramos conscientes, se iban a utilizar para explicar nuestro posicionamiento, al margen de cuales fueran nuestras propias explicaciones..
Intentamos, a pesar de todo, explicar, lo más claramente que pudimos, las razones, de distinto orden y calado, por las que íbamos a votar contra una moción que contenía nueve puntos , pero que de forma absurdamente reductora parecía ser una moción, , pero de un solo punto: el del cese de la Ministra y de los cargos propios y dependientes del Ministerio.
No volveré aquí a explicar las razones. Figuran en el Diario de Sesiones. Y son las razones. Las de verdad. A pesar de lo que se ha podido decir y escribir.
Nunca termina uno de extrañar suficientemente el hecho de que los medios de comunicación puedan interpretarle a uno en los términos que ellos estimen, aunque los mismos tengan poco que ver con la realidad de los hechos que uno conoce. Todavía le extraña más, en todo caso, el que ni siquiera recojan los argumentos y razones de uno para que sus oyentes y/o lectores puedan conocer los mismos antes de darles o no la razón en su interpretación.
En todo caso, a estas alturas de la legislatura, es evidente para todo el mundo que los pormenores de la política catalana han condicionado, a nuestro juicio, un tanto en exceso, y pudiera ser que en perjuicio incluso de la misma, la vida parlamentaria de esta legislatura. Ya no tiene marcha atrás. Y tampoco merece la pena dejarse llevar, a estas alturas, por la nostalgia.
Quedan apenas tres meses de legislatura. Y será al cabo de estos tres meses cuando, de verdad, habrá llegado el momento de la verdad para todos. También para la Ministra Magdalena Alvarez. Lo que pasa es que ella no se presentará por ninguna circunscripción catalana. Y habrá que ver si su Malaga natal no le premia justamente por aquello por lo que justamente le querían castigar los grupos catalanes el pasado martes en el Congreso. La pregunta es, entonces, si los catalanes castigarán no ya a dicha Ministra, sino si decidirán castigar a quien habiéndose declarado responsable de lo allá ocurrido, el propio Zapatero, negándole sus votos a su otra Ministra enviada para las elecciones, Carme Chacón.
Eso es lo que queda realmente por ver. Lo ocurrido el pasado martes era un anticipo, a nuestro juicio un tanto nervioso, de lo que cada cual espera y/o quiere para el próximo nueve de Marzo.
A nadie le extrañara constatar que lo nuestro, lo del Grupo Vasco, iba y va por otro lado.
Si no hubiéramos sido conscientes, pronto, muy pronto, se encargaron de recordárnoslo diversos medios de comunicación preguntándonos sobre nuestra disposición y voto en relación con la moción.
Para nadie era evidentemente un secreto de dónde, de qué posicionamientos, venía el Grupo parlamentario vasco en este tema, tan reiterado. Habíamos venido manteniendo un posicionamiento propio, no alineado necesariamente ni siquiera con nuestros grupos políticos más afines. Y tuvimos la impresión, ya desde finales de la semana anterior, de que mucha gente se preguntaba, y no acertaba a responder., qué finalmente haría el PNV.
Nosotros lo tuvimos claro prácticamente desde el mismo momento en el que nos planteamos la pregunta: no apoyaríamos la moción. Y no lo haríamos fueran cuales fueren las explicaciones que, así mismo éramos conscientes, se iban a utilizar para explicar nuestro posicionamiento, al margen de cuales fueran nuestras propias explicaciones..
Intentamos, a pesar de todo, explicar, lo más claramente que pudimos, las razones, de distinto orden y calado, por las que íbamos a votar contra una moción que contenía nueve puntos , pero que de forma absurdamente reductora parecía ser una moción, , pero de un solo punto: el del cese de la Ministra y de los cargos propios y dependientes del Ministerio.
No volveré aquí a explicar las razones. Figuran en el Diario de Sesiones. Y son las razones. Las de verdad. A pesar de lo que se ha podido decir y escribir.
Nunca termina uno de extrañar suficientemente el hecho de que los medios de comunicación puedan interpretarle a uno en los términos que ellos estimen, aunque los mismos tengan poco que ver con la realidad de los hechos que uno conoce. Todavía le extraña más, en todo caso, el que ni siquiera recojan los argumentos y razones de uno para que sus oyentes y/o lectores puedan conocer los mismos antes de darles o no la razón en su interpretación.
En todo caso, a estas alturas de la legislatura, es evidente para todo el mundo que los pormenores de la política catalana han condicionado, a nuestro juicio, un tanto en exceso, y pudiera ser que en perjuicio incluso de la misma, la vida parlamentaria de esta legislatura. Ya no tiene marcha atrás. Y tampoco merece la pena dejarse llevar, a estas alturas, por la nostalgia.
Quedan apenas tres meses de legislatura. Y será al cabo de estos tres meses cuando, de verdad, habrá llegado el momento de la verdad para todos. También para la Ministra Magdalena Alvarez. Lo que pasa es que ella no se presentará por ninguna circunscripción catalana. Y habrá que ver si su Malaga natal no le premia justamente por aquello por lo que justamente le querían castigar los grupos catalanes el pasado martes en el Congreso. La pregunta es, entonces, si los catalanes castigarán no ya a dicha Ministra, sino si decidirán castigar a quien habiéndose declarado responsable de lo allá ocurrido, el propio Zapatero, negándole sus votos a su otra Ministra enviada para las elecciones, Carme Chacón.
Eso es lo que queda realmente por ver. Lo ocurrido el pasado martes era un anticipo, a nuestro juicio un tanto nervioso, de lo que cada cual espera y/o quiere para el próximo nueve de Marzo.
A nadie le extrañara constatar que lo nuestro, lo del Grupo Vasco, iba y va por otro lado.
Gure Egileak
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Aitor Esteban