Pedro Azpiazu, portavoz del Grupo Parlamentario Vasco en política energética, ha denunciado que “es incomprensible el empeño” del Gobierno español en reabrir una central nuclear de primera generación, “obsoleta, que conlleva riesgos, y a la que se oponen la ciudadanía, las instituciones y los partidos políticos”, como es la de Santa María de Garoña.

Azpiazu ha realizado estas declaraciones después de que el pasado viernes el Gobierno central aprobara un decreto que permitirá a Nuclenor (empresa dueña de la central de Santa María de Garoña) solicitar la renovación de su licencia antes del 6 de julio (fecha en la que se cumple un año desde que Nuclenor optara por la paralización unilateral de la actividad de la central).

Además, y en respuesta a una pregunta formulada por la eurodiputada jeltzale Izaskun Bilbao, la Comisión Europea ha informado de que no ha recibido, como es preceptivo según el artículo 41 del Tratado Euratom, los planes de inversión necesarios para adaptar la instalación burgalesa a las exigencias de seguridad que se detectaron en los test de resistencia que se realizaron tras la catástrofe de Fukushima.

Asimismo, Azpiazu ha afirmado que Garoña “ha cumplido un ciclo y está amortizada” y ha recordado que “no aporta nada desde un punto de vista de seguridad de suministro” debido a su reducido tamaño. Es más, el portavoz energético del Grupo Vasco se ha referido a unas declaraciones publicadas en el día de ayer por el Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, en las que aseguraba que el Estado español se encuentra en un momento de ‘exceso de capacidad energética’.

Por todo ello, Azpiazu ha señalado que “parece más un capricho que una cuestión de racionalidad energética y política que no entendemos”, y ha exigido al Gobierno español “el cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña”.