Pedro Azpiazu, portavoz económico del Grupo Parlamentario Vasco EAJ-PNV ha recordado que la Comunidad Autónoma del País Vasco cuenta con un régimen fiscal propio y por ello ha anunciado que el Grupo Vasco se abstendrá en la votación de las enmiendas de totalidad presentadas por los diferentes Grupos de la Cámara.

En el turno de fijación de posición, Azpiazu, tras reconocer que “la reforma puede tener algunos elementos positivos” como la reducción a las rentes bajas o ciertas ayudas familiares, ha criticado que “el Gobierno español tendría que haber mantenido los tipos marginales más elevados para las rentas superiores a los 150mil o 300mil euros”, ha denunciado que “se quiebra la progresividad; es difícil justificar que la progresividad de la escala del IRPF no se aplique a partir de los 60mil euros de renta”, ha dicho Azpiazu, y ha reclamado “una mayor equidad” en la reforma.

Además, el Diputado jeltzale ha señalado que “echamos de menos medidas más contundentes para luchar contra el fraude fiscal para homologarnos a los países europeos cuyo fraude es muy inferior al existente en el ámbito del Estado español”. En este sentido, ha apostado por “compromisos de coordinación, colaboración, supresión definitiva de paraísos fiscales a través de la persecución y penalización de los defraudadores pero también a través de vías educativas”.

Asimismo, ha señalado que “hubiera sido deseable un mayor debate, consenso y acuerdo que el que se ha producido hasta el momento” en los tres Proyectos de Ley que hoy se tramitan de manera conjunta.

Por último, Azpiazu ha advertido que “la reducción de la recaudación que se puede generar no debe conducir a un recorte adicional del gasto público con el fin de reducir el déficit” y ha recordado que “una reforma tributaria debe servir, especialmente en un momento de crisis económica como la actual, para impulsar la actividad económica, así como para proveer a la Administración de los recursos suficientes para implementar las políticas económicas y presupuestarias que se precisan”.

En este sentido, Azpiazu ha apostado, como lo ha venido diciendo el Grupo Vasco desde el inicio de la crisis, por una “flexibilización en la contención del déficit” y ha añadido que “más recortes en I+D+i, en infraestructuras o políticas sociales puede implicar una nueva recesión, una profundización de la crisis, un aumento del paro, de la precariedad y de las desigualdades”.